Publicado: 2 de Abril de 2017
Tradicionalmente, la iluminación no se ha tenido demasiado en cuenta a la hora de calcular el ahorro eléctrico doméstico: siempre hemos considerado que, en cualquier casa, hay electrodomésticos con bastante más consumo que una bombilla. Sin embargo, deberíamos pensar que la iluminación es una necesidad de uso diario; además, en algunos casos, tenemos las luces encendidas durante muchas horas, mientras que otros consumos –como los del horno, la lavadora, etc.– ni son diarios ni por un espacio de tiempo muy prolongado. El ahorro por iluminación led varía según las condiciones de uso y del tipo de tecnología utilizada. Este es un ámbito que avanza tan deprisa que para conseguir el máximo ahorro con bombillas led conviene saber bien cuáles elegimos.
En el mercado, ya podemos encontrar luminarias –lámparas– con tecnología led que superan los 100 lúmenes –medida de luminosidad– por cada watio de potencia. Pero incluso las que no alcanzan esta cifra tan alta –algo más antiguas–, resultan más eficientes que las lámparas habituales de bajo consumo y, por supuesto, que las antiguas bombillas incandescentes. Aunque estas sean más económicas, las led modernas suelen ser más eficientes y proporcionan más luz con la misma potencia. Este factor es determinante a la hora de calcular la rentabilidad de cada opción.
El ahorro –dependiendo de que elijamos led de última generación u otros modelos anteriores– puede oscilar entre el 50% y el 70%, si las comparamos con las bombillas CFL Compactas (bajo consumo convencional), y entre el 85% y el 95% si las comparamos con las bombillas incandescentes. Un apunte más: las lámparas led se fabrican ya en todos los modelos de casquillos tradicionales, por lo que es muy fácil sustituir las bombillas antiguas.